jueves, 29 de enero de 2015

Capítulo 3. Emboscada.

Robert
Al día siguiente ya no podíamos visitar otros sitios sin ponernos en peligro lo único que podíamos hacer ahora era intentar sobrevivir todo lo posible. Sin importar quién o qué se pusiera delante. Después de todo lo que sucedió el día anterior tampoco pude dormir por la noche, supongo que por toda la presión puesta sobre mí y mis acompañantes. Robert y David aún malheridos por Yorvanis se acercaron a mi diciendo que no podrían dormir más. Que había estado durante mucho tiempo durmiendo y me aconsejo dormir. Intente hacerle caso, pero sin ningún resultado.
Un par de horas después cuando todos ya se habían dormido recogí un hacha ensangrentado el mismo que usa Gastón y también me equipe con un poco de comida para el camino y seguidamente después de despedirme en silencio de todos me dirigí hacía el supermercado que todavía estaba intacto y justo cuando entre me di cuenta de dos cosas la primera era que extrañamente no había sido saqueado y la segunda y más importante todo estaba en silencio y aun así sabía que no estaba solo. Siempre he odiado que no tenga razón y que otro la tenga, pero por primera vez en mi vida quería no tener la razón. Mientras más me adentraba y recogía diversos víveres sentía como unos ojos me observaban por la espalda como un animal rabioso y hambriento esperando la perfecta oportunidad de atacar y arrancarme la yugular a mordiscos. Tan pronto como cogí la comida fui hasta la puerta solo para observar como detrás de mí se amontonaban draugers.
Marina
Me quedaría corto si dijera que solo había 10 ya que debían de haber unos 15 o 20 a duras penas pude salir de la tienda pero como si fuera una emboscada otros tantos se pusieron fuera de la puerta y ahí estaba yo, solo. Sentía esos ojos que ahora podía ver claramente detrás de todos esos monstruos en medio de la oscuridad más absoluta se encontraban esos ojos rojos mirándome fijamente y podía entrever como esbozaba una sonrisa malévola. Agarré mi hacha con fuerza y sin dudarlo me metí en medio de todos los mutantes, reventando a cada uno que se me pusiera delante mientras veía como esos ojos junto con esa sonrisa se iba quedando atrás, curiosamente no me siguió nadie o eso creía. Justo cuando salí sentí como unas garras se clavaban en mi espalda y me levantaba como si nada y me arrastraba de vuelta a la tienda aun usando la poca fuerza que me quedaba la utilizaba para intentar zafarme de ese infernal abrazo el ente que me clavó las garras  me puso delante de ojos rojos y este acerco su cara solo para exhalar un aire pútrido en mi cara añadiendo una frase con una voz salida de la más terrorífica película.
-              No deberías de salir solo. Podrías acabar como yo.
Cuando pude ver su cara  desee estar ciego para no verlo tenía la cara deformada y la piel se le caía cachos lo único que acerté a decir en ese instante fue.
-    ¿Quién o qué eres?
-     ¿Yo? Solo soy el próximo rey del mundo ¿No lo ves? Todos los que no están muerto y lo que si lo están, me obedecen y es gracias al poder que Dios me otorgo el de mutar a cualquier ser vivo. Así que tienes 2 opciones. La opción A es que te unas a mí y la opción B es tu muerte.
-      Entonces escojo la C.
Con el cuchillo que tenía guardado estire el brazo todo lo que pude hasta sentir como se lo clavaba en el ojo izquierdo justo cuando se retorcía de dolor el gigante que tenía sus garras dentro de mi costado me soltó cayéndonos los dos al suelo y mientras escapaba vi como todos los draugers estaban en el suelo igual que ojos rojos.
Cuando llegué a la escuela todos estaban despiertos preguntándose unos a otros donde estaba. Algunos ya creían que les había abandonado pues me había llevado un arma y comida. En cuanto entré el sudor frío que bajaba por la frente se paró en seco y se sustituyó por un dolor indescriptible. Ellos vieron como estaba y se acercaron y empezaron a curar mis heridas. Cuando me desperté les explique todo lo que había visto en la tienda, nadie sabía quién era excepto una persona.
-              Weedolf, podemos hablar en privado.
-              Sí, claro. Chicos podríais dejarme a solas con Saeko, yo también tengo algo que decirle en privado.
-              Entendido.-dijeron todos al unísono.
-              Bien ahora que estamos solos déjame primero acelerar tu curación.
-              ¿Cómo vas a hacerlo?
-              Tú solo cierra los ojos y relájate ¿entendido? No se te ocurra abrir los ojos.
Yo estaba tumbado encima de la cama y notaba como algo realmente suave se apoyaba justo donde estaba la herida y al instante en que se apartó empecé a vi y sentí como se iba cerrando la herida y el dolor desparecía.
-              ¿Cómo lo has…?
-              Creía haberte dicho que pertenecía a una organización que se encarga de cuidar y enseñar a los Pecados Capitales. Pero eso ahora da igual. Tengo que hablarte del grave peligro que tú y todos nosotros corremos. Ese hombre que dijiste cuando despertaste yo sé quién es y no es alguien que puedas enfrentar ahora.
-              ¿Cómo se llama? ¿Quién es? ¿Y por qué dijo eso?
-              Su nombre es Luciano Don Codicce. Él era el que se pensó que sería el nuevo rey del mundo hace ya 400 años, desapareció cuando estaba a punto de empezar su conquista y se le creía muerto pero al parecer no lo está. Nunca supimos que poder tenía, hasta ahora porque según lo que has dicho tenía la cara deformada y controlaba a estos seres ¿cierto?
-              Si por lo veo supongo que su “poder” sería el de poder convertir a los seres vivos en mutantes ¿no?
-              Así es, entonces dime como piensas enfrentarlo.
-              !!!¿QUEEEEE?!!! ¡¡¡ ¿DE QUE ESTAS HABLANDO?¡¡¡ ¿COMO ESPERAS TÚ QUE ME ENFRENTE A ALGUIEN QUE PUEDE MUTAR A QUIEN SEA?
-              Te equivocas su cuerpo está podrido por lo cual un simple golpe le mataría de lo que tienes que tener cuidado es de las personas mutadas que están con él.
-              Bu-bueno si tú lo dices. Pero como podría acercarme y golpearle no ves que no se separa de sus guardaespaldas mutantes y aparte yo ni siquiera tengo poderes tan solo soy un chico normal que trata de sobrevivir en este mundo.
-              En eso tienes razón necesitamos averiguar cuál es tu poder.
-              ¿Y cómo se supones que hagamos eso?
-              Solo hay una forma de saber que poder posees y es visitando a mi maestro tiene el poder de saber que poder tienen los demás. Aunque sea una máquina que inventó, pero lo trata como si fuera su poder.
-              Perfecto ¿Dónde se encuentra tu maestro?
-              Se encuentra cerca del centro comercial en una pequeña casa rural.
-              Eso está muy lejos de aquí. No quiero arriesgarme a perder todo lo que he conseguido.
-              Entonces deja aquí gente de confianza.
Gastón, Apolonius, Alexandra, Asada, Asuna, David, Marina e Iván eran en un principio los que se iban a quedar pero Robert me dijo que no había mucha defensa en la base ya que Marina no sabe luchar solo sabe curar luego Iván era un niño de tan solo 3 años, por lo que solo quedaban Gastón, David, Alexandra, Asuna, Asada y Apolonius para luchar y me propuso que le dejara en la base que sería mejor ya que mientras menos seamos los que fuéramos a la casa de ese tío más fácil sería y más defensa habría en la base.
Se fueron Eros y Gastón por la puerta trasera, porque era por donde no habían casi draugers, estuvieron entrando en cada casa para pillar todo tipo de provisiones y se acercaron al supermercado, donde todavía quedaba provisiones se adentraron en el supermercado y cuando pasaron dos pasillos vieron como dos draugers se estaban dirigiendo hacia ellos y fueron corriendo hacia ellos y los mataron y cuando terminaron de matarlos miraron para el frente y con un poco de luz que daba, pudieron ver los ojos rojos, y que además, cuando se acercaron bastante vieron como era se quedaron un rato para mirar que habilidad tenia.
Cuando Gastón y Eros se enteraron de que habilidad tenia intentaron escapar de allí porque no podían contra él, ellos solos y cuando lograron escapar de allí, fueron al centro para comentar que se encontraron al ojos rojos y además, presenciamos como hacía para tener a más esclavos y era con una especie de habilidad que tiene.
Después de haber escuchado lo que sucedió en la expedición, pues Saeko y yo preparamos el siguiente plan:
-              Bien pues este es el plan. Escuchadme todos Saeko y yo nos vamos a ir a buscar a su maestro quién quizás y si sigue vivo pueda ayudarnos a saber cómo enfrentarnos a Luciano que por si no lo sabéis o no os quedó claro es el que se encargó de hacer todo esto que miles de personas murieran y mientras que nosotros estamos fuera quiero que los restantes se queden y protejan la base de cualquier intruso. Es decir si aparecen esas cosas o supervivientes matadlos a menos que conozcáis al superviviente en cuyo caso si le dejáis tened el máximo cuidado encerradlos, comprobad si está mordido o si tienen arañazos, si lo tienen dejadlo y si se convierte matadlo preguntadles como han sobrevivido y que saben hacer y si creéis que son buena gente liberadlos pero estaos siempre alerta. ¿Entendido?
-              Si pero hay algo importante que se te ha olvidado
-              ¿El qué?
-              Tú eres el que tiene que tener más cuidado. Por si no lo sabías tienes que cruzar una horda de esas cosas mientras sabes que te persiguen.
-              No me pasará nada. Saeko y yo nos cubriremos mutuamente. ¿Verdad?
-              Si, en más de una forma.
-              ¿A qué te refieres Saeko?- dije
-              Bueno es hora de que nos vayamos Weedolf.
-              Eh-Ah sí, claro, ya sabéis lo que tenéis que hacer, adiós.
Alexandra
Después de explicarles nos dirigimos al centro comercial lo cual sería un camino largo que probablemente en otras circunstancias tardaríamos un par de horas pero con esas cosas por ahí tardaremos unos 2 días. Justamente yendo hacia nuestro objetivo pasamos por el supermercado donde todo había pasado. No sé qué fue lo que me hizo volver a entrar pero cuando atravesé la puerta no había nada estaba vacío pero toda la comida seguía ahí por lo que supuse que Luciano no comería comida “humana” poco después de eso escuchamos un grito proveniente de una casa. Tendríamos que haber seguido nuestro camino pero al parecer aún nos quedaba algo de humanidad. Entramos en aquella casa de pesadilla y justo cuando lo hicimos fuimos atacados por una mini-horda de unos 3 draugers no tardamos mucho en terminarles cada uno se quedó a uno y el último lo matamos entre los dos. Puede que parezca que estoy loco pero poco a poco me fue gustando más y cada vez veía más normal el matarles después de todo era mejor que tus familiares te vean en ese estado o eso creía. Llegamos al lugar donde se escuchaban los gritos y la puerta había sido derribada esas cosas se agolpaban delante del ropero matamos a la mayoría pero cuando me iba a encargar del último este se giró y lo que vi fue a mi madre en ese instante me quedé paralizado no sabía que hacer hasta que un grito de Saeko me devolvió a la realidad y de un golpe en seco le reventé la cabeza pero no pude evitar derrumbarme pero prefería que fuese así antes de que siguiera sufriendo. Abrí el ropero y me encontré con un gran tesoro que nos servía para defendernos de los draugers y allí dentro había un arsenal completo de armas y además también había armas que eran ilegales en nuestro país.
Luego de coger todas las armas del ropero, regresamos a la ruta que hicimos para llegar con el maestro de Saeko, en ese momento llegamos, aproximadamente, a la mitad del trayecto y ya se había hecho de noche y decidimos que teníamos que para a descansar un rato hasta mañana, que además ir por la noche sin luz sería más bien un suicidio y  Saeko me dijo.
-      Weedolf, me sé un lugar donde podríamos descansar hasta mañana y no tendríamos que preocuparnos de esos maldito draugers.
-      Dime, ¿dónde está ese sitio?
-      Está un poco lejos de la ruto pero se llega rápido está cerca de un bingo.
-      Bueno te sigo Saeko, que iremos más rápido.
-      Ok, Weedolf.
Cuando estábamos llegando nos topamos con un pequeño grupo de draugers, que nos retardo un poco para llegar a la casa que decía Saeko. Pero una vez allí, vimos como era de seguro, pero solo había espacio para 5 o 6 personas allí dentro y decidimos quedar allí, a descansar y a primera hora nos pusimos otra vez en marcha y cuando llegamos a la casa del maestro de Saeko, estuvimos llamando a la puerta media hora, pero no abría y cuando nos estábamos marchando de repente, la puerta se abrió y  decidimos entra a ver lo que estaba pasando.
Cuando entramos vimos no sé cuántas pruebas de entrenamiento y pensamos que esas pruebas estaban preparadas para mí, para descubrir mi poder que tenía como Pecado Capital, cerramos todas las puertas y ventanas y me puse a entrenar allí. Mientras que yo estaba entrenando, salió de repente el maestro y como y estaba distraído allí entrenando no me di cuenta y cuando me hablo, sobresalte del susto que me lleve.
El maestro nos preguntó.
-      ¿Por qué estáis utilizando eso?
-      No lo habías preparado para Weedolf, maestro – dijo Saeko.
-      No, Saeko. Eso era para otra persona que iba a venir más tarde.
-      ¿Qué persona iba a venir? – pregunte al maestro.
-      Creo que era un chico de casi tu misma edad.
-      ¿Cómo se llamaba?
-      Creo que había dicho que se llamaba Yogur, no espera Yor…. ¿Cómo era su nombre?
-      ¿Puede ser Yorvanis?
-      Si eso, es él.
-      ¿Dónde está ahora mismo?
-      No se me dijo a donde iba pero que iba a tardar dos semanas en volver.
-      ¡Mierda!, llegamos tarde para pillarle. – dijo Saeko.
-      Bueno a lo que venimos es si por casualidad no podrías descubrir el poder oculto de Weedolf, maestro.
-      Sí que podría, ¿Por qué lo preguntas?
-      Es porque si, ¿le podrías enseñar a cómo utilizar su poder?
-      Sí, pero primero es descubrir su poder.
-      Ok, es todo tuyo maestro.
-      Entendido.
Después de una buena charla que nos había dado, nos pusimos con el entrenamiento básico para descubrir cuál era mi poder. El maestro me puso unos entrenamientos no muy fuertes en esa ocasión, y cada día me ponía a entrenar con ese método hasta que el cuarto día mientras entrenaba, me paso algo raro y me dirigí a donde estaba el maestro y se lo comente al maestro y me dijo.
-      Sabes eso que te paso era tu poder especial que tenías oculto dentro de ti.
-      ¡EN SERIO! Pues sí que soy muy poderoso, para tener ese poder dentro de mí.
-      Ya que descubrimos tu poder dormido hay que entrenar para que lo controles a tu voluntad.
-      Pero maestro, ¿Cuál es mi poder?
-      No te has dado cuenta todavía.
-      No, maestro.
-      Tu poder es un antigua y legendario poder llamado el “vacío” y  solo unos poco tienen ese poder en total solo existen cuatro sucesores del vacío.
-      Entendido, maestro. Y una última pregunta.
-      Dime – dijo el maestro.
-      ¿Cuál de los cuatros sucesores soy?
-      Tu eres uno de los sucesores del vacío y concretamente el de la explosión y ahora retomamos nuestro entrenamiento.
Después de descubrir mi poder me puse con el entrenamiento más duro que hice en toda mi vida. Media semana después, ya tenía mi poder casi controlado y solo me quedo unos pequeños pasos, pero el maestro me dijo que ya me podría marchar y que para completar tu dominio solo necesitabas practicarlo como mínimo unas 20 veces en un día y ya lo tendría totalmente dominado. Antes de largarnos de la casa del maestro esperamos hasta el día siguiente para largarnos y mientras esperábamos me puse a entrenar lo que me había dicho, cuando había terminado con las 20 repeticiones ya lo tenía bien controlado y además, ya se había hecho de noche, nos fuimos a dormir por turnos.
Nos levantamos y nos despedimos del maestro y nos dirigimos otra vez hacia el refugio que otra vez íbamos a tardar 2 días en llegar. A unos 10 kilómetros de la casa del maestro, nos vimos como un padre y su hija estaban llamando a las puertas de las casas, donde había gentes atrincheradas allí y que no les abrían ninguno y de repente se dieron la vuelta y nos vieron y nos preguntaron.
-      ¿Podemos unirnos a vosotros o por lo menos llevad a mi hija con vosotros? , por favor os lo pido.
-      No hace falta que os separéis o te han mordido o arañado los draugers, señor.
-      Que yo recuerde no me han tocado esos draugers, ¿Por qué?
-      No, es que si te muerden o te arañan te conviertes en uno de ellos. ¿Podría examinaros a los dos?
-      No nos importa si solo lo hacéis por el bien de la humanidad.
-      Saeko tu encárgate de la niña y yo del padre.
-      Entendido, Weedolf.
Después de examinarlos, vimos que la niña estaba limpia pero el padre tenía un arañazo en la espalda y le preguntamos.
-      Oye, ¿quieres morir ahora siendo tú mismo o quieres que te matemos cuando te conviertas? – se lo pregunte a solas.
-      Quiero morir siendo yo mismo, pero antes de nada quiero despedirme de mi hija.
-      Vale te concedo ese último deseo y así la calmas un poco por si acaso empieza a llorar para que los atraigan.
-      Hija, me parece que ya no poder seguir a tu lado, lo siento. Aunque seguiré velándote desde el mas allá, o sea, que no llores hija o sino atraerás a esas cosas horribles.
-      Shshshshsh…, pero padre ¿por qué dices eso? – pregunto llorando.
-      Es que estoy contagiado y si sigo contigo me convertiré en una de esas cosas – dijo llorando.
-      Te prometo que no gritare cuando mueras, padre – se abrazaron los dos.
-      Ya es el momento, que si no llegaremos al tercer día a nuestro refugio, pero antes dime como se llama tu hija.
-      Ok, se llama Louise.
-      Adiós hija. – dijo el padre
-      Adiós, padre. – dijo Louise.
Cuando ya estaba listo para morir, Saeko cogió su katana y yo a parte a la niña para que no lo viera ese doloroso escenario y cuando la aparte, Saeko ejecuto a su padre. En ese momento, la niña no podía moverse por el dolor sentimental por perder a su padre y la lleve a cuesta hasta nuestra base. Llegamos a mitad del camino, y allí decidimos quedar a dormir en el mismo sitio que cuando nos dirigíamos hacia la casa del maestro a pasar la noche.
A la mañana siguiente, despertamos y le dimos de comer a la niña para que no se quedara sin hambre porque era muy pequeña y después de que desayunara nos dirigimos hacia nuestro refugio pero un poco ante de llegar al refugio nos encontramos por el camino a un grupo de unos  10 draugers y decidimos rodearlos por Louise y por ese entonces tardamos un poco más en llegar, pero lo conseguimos, llegamos a la base sin ningún rasguño y no tuvimos que defendernos ni atacar a ningún drauger.
Estando allí, me pregunto Eros.
-      ¿Quién es esa niña? ¿Has podido descubrir tu poder escondido?
-      Si he podido descubrir mi poder escondido y  esta niña se llama Louise y perdió a su padre hace poco porque le tuvimos que matar.
-      ¿Cuál es ese poder? – pregunto Gastón.
-      ¿Por qué lo matasteis al padre? – pregunto David.
-      Mi poder es el poder del vacío y concretamente era el de la explosión y los matamos porque estaba ya infestado y si venía con nosotros podría convertirse en drauger no hoy ni mañana sino algún día.

-      Ok, Weedolf – dijo David.

No hay comentarios:

Publicar un comentario