jueves, 29 de enero de 2015

Capítulo 5. Hora de la marcha.

Yorvanis
Después de una semana, nos pusimos en marcha para buscar un sitio más seguro, pero antes de marcharnos nos pusimos a buscar por el cuartel suministros y armas, para poder sobrevivir fuera del cuartel, mientras ellos buscaban los suministros y las armas.
Cuando regresaron al autobús de recoger suministros y armas, las armas me las llevaron en frente de mí y consiguieron traer las suficiente porque no podían haber traído más y esas fueron: 5 metralletas, 10 pistolas, 2 escopetas, 1 bazuca y 1 torreta automática, pero también habían traído armas blancas como: 5 espadas y 5 machetes, y de repente vi en donde estaban todas las armas blancas un arco y 90.000 flechas y como yo era el líder decidí coger el arco con sus flechas, una espada y una pistola. Después de contar todas las armas, nos pusimos en marcha y mientras que Robert conducía el autobús y dos del grupo, concretamente Gastón y Eros estaban arriba del autobús con la torreta automática para ir despejando el camino de draugers y así el autobús no colapsara y cuando estábamos pasando por el SPAR vimos a todos sus mutantes que controlaba el Duque Von Luciano, protegiendo el sitio de los draugers para que no le pasara nada al cadáver, paramos enfrente al centro y bajaron un escaramuza que era Gastón, Eros y yo, a explorar el centro a ver si podíamos recuperar otra vez el sitio. Cuando terminamos de explorar el sitio vimos que había demasiados draugers para poder limpiarlo nosotros solos y decidimos marcharnos de allí.
Cuando subimos todos al autobús vimos que en la isla ya no habrían más lugares seguros o que todos los lugares más seguros ya estarían ocupados y fuimos al aeropuerto a mirar si habían aviones, pero no encontramos aviones públicos y decidimos buscar por si casualidad había algún avión privado y mira que coincidencia Gastón había encontrado el avión presidencial y estaba como nuevo, dentro de un hangar.
Saeko aviso a Robert para que entrara con el autobús en el hangar, y allí mandamos a las chicas y al niño que entraran al avión mientras que los demás metían los suministros y las armas en el avión, Robert se puso a meterle gasolina al depósito del avión y a coger toda la gasolina que pudiera encontrar y meterlo dentro del avión y cuando terminaron de meter las cosas. Pero cuando estaba a punto de entrar, aparecieron por la puerta del hangar cinco draugers, que anteriormente eran de las fuerzas especiales.
Cuando entramos decidimos quien iba a derrotar a esos malditos draugers, y salieron voluntarios Gastón y Eros. Eros cogió la espada y Gastón su hacha favorita y bajaron del avión y se enfrentaron contra los cinco draugers, Eros corto las cabezas a dos draugers y Gastón les arranco primero todas las extremidades y después, a los tres que dejo inmóviles los remato con un golpe en la cabeza, siempre que se enfrentaba Gastón a un draugers, cuerpo a cuerpo, hacia los mismo, para él solo era un juego mortal.
Después de que mataran a los cinco draugers, me di cuenta en el avión que podíamos revivir a M. y en ese momento le pregunte a Eros y a Gastón, si querían ir a buscar el cadáver de M. al centro y me respondieron que sí, y les dije que cogieran el autobús para esa misión, pues en ese momento se fueron al centro con el autobús, llegaron bien al supermercado, después de entrar se fueron a la huerta donde estaba M. enterado y empezaron a excavar la tumba mientras ellos excavaban para poder extraer al cadáver de M. vieron cómo se acercaba tres draugers hacia ellos y de repente digo Gastón, que se los dejara,  mientras que Eros sacaba al cadáver y lo cargaba en el autobús, y Gastón se divirtió matando a los draugers como siempre y cuando cargo el cadáver en el autobús, se fue a avisar a Gastón, para que subiera, entonces consiguieron subir y se largaron de aquel maldito lugar, pero a mitad del recorrido fallo el autobús, y se quedaron en mitad de la autopista pero como bien he dicho era la autopista habían muchísimos coches por allí, busco un coche Gastón y Eros se quedó vigilando el autobús por si las moscas, mientras tanto Gastón encontró un santo buja, que lo limpio de restos humanos y se metió, y mira que coincidencia funcionaba a la perfección, pues entonces lo condujo hasta donde estaba el autobús, para recoger al cadáver y a Eros, después de haber subido Eros, se dirigieron hacia el aeropuerto y cuando llegaron al aeropuerto se adentraron con el coche dentro de la pista y se dirigieron hasta el hangar donde estábamos esperándolos. Cuando empezaron a embarcar los dos con el cadáver de M., yo me fije en el coche y dije,
-      Qué pena da lo del coche porque era un santo buja que habían conseguido y lo teníamos que dejar aquí.
 Pero de repente salto Robert.
-      Que no pasaba nada podíamos encontrar otro buja, por cualquier lugar.
-       Pero sería más difícil encontrar uno en un estado fabuloso.
Pero antes de salir, decidimos quedarnos 24 horas antes de salir con el avión a un lugar seguro, y nos quedamos esas 24 horas en el hangar, con las puertas del hangar cerradas para que no entrara ningún draugers y ya cerradas las puertas, vimos que solo teníamos comida suficiente para cinco días, eso si la repartimos a lo mínimo a cada uno, luego, decidí quienes iban a acompañarme a buscar los suministros y decidí que iban a ir Gastón y Eros, cuando salimos por las puertas del hangar corrimos hasta el aeropuerto, pero a mitad de camino observamos a una madre con su hija escapando de 50 draugers, decidimos ir a ayudarlas pero tuvimos que sortear y aplacar a 15 draugers pues estaban en nuestro camino y nadie podría interponerse en nuestro camino por la supervivencia. Cuando las alcanzamos nos pusimos entre los draugers y la dijimos que se parara y se pusiera detrás nuestro, entonces Eros se enfrentó a 10 draugers, Gastón a 15 draugers y yo a 25 draugers. Cuando terminamos de matar a los 50 draugers, observamos de que no tuvieran ningún mordisco o arañazo de ningún draugers, y las acompañamos hasta nuestro hangar, cuando se veía nuestro hangar al frente la dijimos a la madre, que se fueran corriendo hasta el hangar que veían al frente y que dijeran a los que estaban allí que iban de parte de James K. Weedolf, que ellos ya sabían que hacer en esa situación.
Cuando terminamos de hablar con la madre y la hija nos fuimos de nuevo al aeropuerto, pero por el camino tuvimos que sortear y aplacar a otros 25 draugers, cuando llegamos al aeropuerto nos dividimos en dos grupos; el primer grupo era James K. Weedolf y el segundo grupo fueron Eros y Gastón. Yo me fui por la izquierda y Eros y Gastón se fueron por la derecha. Mientras yo buscaba suministro encontré cosas que me servía para hacer un collar lo había llamado “controlador de no-muertos”, y después fui a por los suministro, mientras Eros y Gastón ya habían terminado de recoger todo los suministros que podían coger entonces ellos se fueron al hangar y cuando llegaron al hangar vieron que James K. Weedolf no había llegado todavía.
Me estuvieron esperando a que llegara y cuando por fin conseguí llegar, se me acerco Saeko, que estaba muy preocupada por mí.
-      ¿Dónde estaba? – Me pregunto.
-      Conseguir los materiales necesarios para fabricar el collar “controlador no-muerto” y que después de eso me fui a recorrer el aeropuerto en busca de suministro y cuando termine allí, me marche de allí y a mitad del camino me topé con 100 draugers y me retuvieron bastante, pero conseguí matarlos sin que me dieran ningún mordisco o arañazo. – Le respondí.

Cuando terminamos de hablar de que porque había tardado demasiado, decidimos esperar hasta mañana para partir con el avión a otro sitio más seguro.

Capítulo 4. Cae la base.

Apolonius
Pasaron ya dos años, aproximadamente, desde que ocurrió el Apocalipsis y aún seguimos vivos, aunque con muy pocos suministros y no podíamos aguantar más sin suministros. Pero un día, se acercaron un grupo de supervivientes y vieron que el centro estaba limpio de draugers y se pusieron a entrar al centro, pero como nosotros siempre poníamos un vigía para que no entraran draugers, pues el vigía vio como entraban el grupo de sobrevivientes, pues cuando los vio entrar se fue a buscar a los demás para comentarlo, después de enterarnos de que estaban entrando un grupo de sobrevivientes nos pusimos en guardia por si acaso entraban y lo querían tener para ellos. Cuando entraron nos vieron en frente de la puerta principal y se acercaron los dos líderes de los dos grupos y empezaron a hablar para buscar una solución pacífica.
-      ¡Fuera del centro! Ahora es nuestro.
-      Tranquilo amigo, lo podemos arreglar sin que se vaya nadie, no ves que hay dos edificios.
-      Entonces nosotros nos quedamos con este y vosotros os vais al otro.
-      Hombre se justo nosotros somos más personas, o sea, que necesitamos más espacio, ya que vuestro grupo es pequeño dirigíos al otro edificio.
-      ¡Que no! Nosotros nos quedamos aquí u os vais, entendido.
De repente en mitad de la discusión salió una manada de draugers, y entonces les dije:
-      Tranquilizaos, un rato y mañana discutimos sobre quien se va a quedar en que sitio se queda cada uno, que nos están atacando los draugers.
-      Vale, pero ¿dónde nos quedamos hasta mañana?
-      Os podéis quedar aquí, que nosotros nos vamos al otro edificio.
Cuando terminamos con la discusión nos encargamos de la manada, y nos dirigimos al otro edificio. Cuando llego la noche, cogí a tres miembros del grupo y nos dirigimos hacia los otros miembros de sobrevivientes, los vimos dormidos y Gasto dijo:
-      ¿Por qué no los matamos a todos aquí y ahora?
-      Porque no somos asesinos sino que somos un aliado de la Justicia y que además quiero ahorrar toda la munición posible.
-      Y ¿Cómo vamos a matarlos?
-      No los vamos a matar sino hacer que los draugers los maten.

Y con el plan repartido nos dirigimos a preparar los preparativos. Abrimos las puertas del centro para que entraran unos cuantos draugers y con las puertas abiertas el grupo no se despertó hasta que ya los tenían encima y desde ese momento el otro grupo ya no existía, pero eso si cuando matamos a los draugers que entraron, cerramos las puertas del centro y empezamos a contar a los miembros del otro grupo por si acaso no habían caído todos, y al contar todos los cadáveres nos enteramos de que uno de ellos consiguió escapar, pero no nos dimos cuenta que fue el líder.
David
Cuando la batalla había terminado, nos tuvimos que retirar del centro porque del ruido que hicimos, habíamos atraído a una manada de draugers, y al inicio del apocalipsis pudimos contra todos los draugers que habían por el centro porque estaban disperso y además no estaba todo el instituto completo solo un poco más de la mitad, pero ahora venían todos los draugers juntos y con lo que teníamos a mano no podíamos contra ellos, eso sí, si usáramos las armas de fuego podríamos acabar con ello, pero en ese momento quería guardar toda la munición posible por si una emergencia pasara, y entonces tuvimos que abandonar el centro eso daba muchísima pena porque nos había costado limpiar todo el centro y  aunque éramos un Pecados Capitales James K. Weedolf y una maestra con la katana, Saeko y algunos que sabían algo de como matar a un drauger, igual hubiéramos podido haber ganado, pero eso si no aseguraría las bajas que hubiéramos tenido.
Cuando salimos del centro, habíamos caminado dos kilómetros, y vimos a lo lejos un autobús que podríamos utilizar para trasladarnos más rápido de un lugar a otro, cuando nos acercamos al autobús estuvimos mirando que no habría ninguno de esos malditos draugers en el autobús ni cerca del autobús. Terminamos de inspeccionar el autobús y las cercanías del autobús, y entonces  nos encontramos con 10 draugers en total, 5 draugers estaban dentro del autobús y los otro 5 draugers estaban por la cercanías del autobús y cuando terminamos de matar a los 10 draugers pudieron entrar el resto del grupo en el autobús, de repente, Robert se puso a intentar arrancar el autobús porque sabía mucho más de mecánica que nadie de nosotros porque su padre trabajaba en un taller como mecánico e iba a ayudarle con el trabajo. Consiguió arrancar el autobús y lo utilizamos para buscar algún lugar seguro donde quedarnos.
Ivan
Nos estábamos dirigiendo hacia el norte de la isla y a mitad del trayecto nos encontramos con una patrulla de policías, pero los policías que estaban allí estaban muertos entonces paramos el autobús y dos miembros de nuestro grupo bajaron para pillar las armas y municiones que sean de utilidad, y cuando terminaron de recoger las armas y las municiones, me las pusieron en el asiento y vi que solo habían conseguido dos metralletas y 150 balas en cada metralleta y 200 balas de repuesto y tres pistolas con 4-5-3 balas en cada una de ellas y 70 balas de repuesto, las dos metralletas se las di a Apolonius y a Robert y a Alexandra, a Asuna y a Asada les di las tres pistolas y las municiones las repartí a partes iguales porque podían servirlas para defenderse en caso de emergencia, porque si en ese momento no podríamos defender a todos los miembros del autobús de los draugers porque los que estábamos luchando continuamente y sabíamos cómo matarlos solo éramos cuatro miembros para poder defender a los 10 miembros, con lo que al final yo les explique de cómo se podría matar a un drauger y les dije que con un tiro en la cabeza bastaba. Pues cuando ya estaba todo arreglado nos  pusimos en marcha hacia el norte de la isla y una vez que llegamos a Las Palmas de Gran Canarias que era la ciudad que estaba al norte, nos dirigimos al centro comercial Las Arenas, y ya allí nos dividimos en dos grupos para conseguir más suministros y decidí quien iba a ir a por las provisiones y el primer grupo seria: Gastón y James K. Weedolf y el segundo grupo lo formaría: Eros y como la líder Saeko, y el resto se quedaría en el autobús mientras nosotros conseguíamos los suministros.
Pero de repente, mi grupo se dirigió al centro comercial para conseguir suministro, y apareció un sobreviviente, que se hacía llamar Shiroe.
-      ¿Quieres unirte a nosotros?
Después de oír lo que le dije, dijo.
-      Me encantaría unirme.
Pero Gastón, me dijo:
-      ¿Por qué le invitaste a venir a ese tipo?
-      Es que me da la curiosidad que tienen algo especial.
-      ¿Y que es eso que tiene?
-      No sé para eso le invite a unirse para saberlo.
-      Ok, Weedolf.
 Cuando mi grupo regresaba al autobús con las provisiones nos topamos con un pequeño grupo de draugers y tuvimos que dejarle todas las provisiones a Shiroe, para que las protegiera mientras nosotros nos encargábamos de matarlos. Cuando terminamos de matarlos corrimos hasta el autobús para no toparnos con más draugers, y de pronto vimos que todavía no había regresado el grupo de Saeko.
Pasaron unos cincuenta minutos, y aparecieron por la puerta y vimos que llevaban aparte de provisiones, ordenadores portátiles y máquinas de juegos. Cuando subieron les obligue a que se explicaran porque habían cogido esas cosas, solo habíamos parado para suministrarnos de provisiones y me dijo Saeko, que
-      Nos habíamos retardado mucho por culpa de Eros, que se había entretenido cogiendo a parte de los suministro, un montón de manga. – Me dijo Saeko.
Y en ese momento le dije.
-      Muy bien Eros para esta ocasión te perdono, pero que no vuelva a pasar, y si vas a hacer algo antes por lo menos  pregúntale al que está al mando con anterioridad, entendido.
-      Entendido, pero fue algo que se me ocurrió en ese momento.
Cuando estuvimos todos en el autobús, nos pusimos en marcha hasta el cuartel militar que había en Las Palmas de Gran Canarias, y por el camino veíamos algún coche policial o algún vehículo militar y siempre parábamos para recoger armamento, hasta llegar al cuartel militar y allí nos encontramos con unos cuantos militares atrincherados y matando a todo tipo de draugers que se acercaban, pero de repente, los militares nos vieron y nos dijeron que paráramos para preguntarnos.
-      ¿A dónde vais con ese autobús?
-      Lo habíamos encontrado por la ciudad de Vecindario - Le dije – Luego, ¿nos podríais dejar pasar, por favor?
-      ¿Para qué queréis pasar al cuartel?
-      Pues para descansar y suministrarnos.
-      Si solo es eso pues adelante podéis pasar, pero eso si cuando termines os vais que estamos a tope de la capacidad que podemos proteger y si vuestro grupo sé que igual va a ser mucho más difícil defender.
-      Ok, entonces pasamos y cuando terminemos nos vamos.
Entramos poco a poco en el cuartel, ya mitad del trayecto nos encontramos con el coche presidencial y dentro de él, estaba el presidente de España, Rajoy, pues habíamos aparcado el autobús para mirar si el presidente estaba bien y que no lo hubieran mordido o arañado y le vimos sin ningún mordisco y arañazo y además, estaba sano y salvo, y también había quedado uno du sus guardaespaldas vivo, dentro del coche y  le preguntamos.
-      ¿Queréis que os llevemos dentro del cuartel? Que a nosotros no nos importa llevar al presidente en el autobús, pero una pregunta ¿por qué el presidente de España está por aquí?
-      Si no es una molestia llevadme con vosotros hasta el cuartel, por favor. Estoy por aquí porque vine de vacaciones para relajarme un rato de la política.
-      Ok. Ya no te molestamos más entrad al autobús que os subimos rápido.
Llegamos al cuartel y allí nos rodearon un grupo de militares que estaban esperando al presidente, para ponerlo a salvo, cuando nos bajamos del autobús el presidente bajo y les digo a los militares
-      ¡Porque no habéis venido a recogerme! Que por vuestra culpa he perdido a cuatros de cinco de mis mejores guardaespaldas y que además los únicos valientes fueron estos chicos de aquí.
-      Es que estuvimos defendiendo el cuartel y no podíamos enviar a un grupo de rescate a por vosotros.
-      Lo sentimos señor. – dijo otro de los militares.
Entonces se fueron y se llevaron al presidente al bunker subterráneo bien fortalecido, para que estuvieran a salvo, mientras nosotros nos preparamos para quedarnos un tiempo allí porque no era muy ventajoso estar donde hay muchas personas porque las provisiones se agotarían demasiado rápido y si se hace mucho ruido caería demasiado rápido y en ese momento Robert había visto un arsenal que tenían los militares y cogió un poco de aquellas armas, y se fue pero a mitad del trayecto le detuvo un oficial y le pregunto.
-      ¿Qué haces con todas esas armas chaval?
-      Solo cogimos las necesarias para defendernos de aquellos malditos draugers.
-      Pero vosotros no podéis andar con ese tipo de armas.
-      Anda ya en esta ocasión no hay leyes, la única es la de la ley del más fuerte.
-      No, nosotros seguimos con las leyes devuelve esas armas.
-      No quiero son nuestras nos dejaron coger unas pocas armas.
-      ¡QUE NO! Devuelve las armas.
En ese momento vio como le maltrataban a Robert el oficial y los soldados viendo, que David me fue avisar de lo que estaba pasando y cuando llegue allí, yo mismo desafié al oficial para que nos dejara en paz. Pero de repente oigo la voz de Robert diciéndome.
-      Weedolf, gracias por venir en mi ayuda, no sé cómo te lo podría agradecer.
-      No me lo tienes que agradecer de ninguna manera, es lo que hace un buen líder del grupo por sus camaradas.
-      Oh, eres grandioso, Weedolf. – me dijo Saeko.
Empezamos el combate, y a mitad del combate el oficial me tira al suelo que me deja inconsciente en el suelo, pero de repente me vieron levantarme y me vieron como estaba utilizando mi poder contra el oficial y cuando se terminó la pelea me desperté y dije.
-      ¿Qué paso aquí?
-      No lo sabes, Weedolf.
-      No, ¿el qué?
-      Que as utilizado tu poder como Pecado Capital.
-      ¿En serio?
-      Si, Weedolf.
-      Entonces, ¿cuál es mi poder?
-      No lo sé, no lo vi muy bien, fuiste demasiado rápido, lo siento.
-      No pasa nada, ya se descubrirá mi poder.
-      Ok.

Entonces el oficial se había largado corriendo del miedo que pasó en la pelea contra mí, y apareció el general y se me acerco y me dijo.
-      Puedes llevarte todas las armas que quieras, que por lo menos sabemos que lo sabréis utilizar muy bien.
-      Entendido.
Entonces llevamos las armas que consiguió Robert al autobús y descansamos hasta la hora de partir y además yo sí que tuve que descansar porque me quede sin energías por culpa de esa pelea.

Capítulo 3. Emboscada.

Robert
Al día siguiente ya no podíamos visitar otros sitios sin ponernos en peligro lo único que podíamos hacer ahora era intentar sobrevivir todo lo posible. Sin importar quién o qué se pusiera delante. Después de todo lo que sucedió el día anterior tampoco pude dormir por la noche, supongo que por toda la presión puesta sobre mí y mis acompañantes. Robert y David aún malheridos por Yorvanis se acercaron a mi diciendo que no podrían dormir más. Que había estado durante mucho tiempo durmiendo y me aconsejo dormir. Intente hacerle caso, pero sin ningún resultado.
Un par de horas después cuando todos ya se habían dormido recogí un hacha ensangrentado el mismo que usa Gastón y también me equipe con un poco de comida para el camino y seguidamente después de despedirme en silencio de todos me dirigí hacía el supermercado que todavía estaba intacto y justo cuando entre me di cuenta de dos cosas la primera era que extrañamente no había sido saqueado y la segunda y más importante todo estaba en silencio y aun así sabía que no estaba solo. Siempre he odiado que no tenga razón y que otro la tenga, pero por primera vez en mi vida quería no tener la razón. Mientras más me adentraba y recogía diversos víveres sentía como unos ojos me observaban por la espalda como un animal rabioso y hambriento esperando la perfecta oportunidad de atacar y arrancarme la yugular a mordiscos. Tan pronto como cogí la comida fui hasta la puerta solo para observar como detrás de mí se amontonaban draugers.
Marina
Me quedaría corto si dijera que solo había 10 ya que debían de haber unos 15 o 20 a duras penas pude salir de la tienda pero como si fuera una emboscada otros tantos se pusieron fuera de la puerta y ahí estaba yo, solo. Sentía esos ojos que ahora podía ver claramente detrás de todos esos monstruos en medio de la oscuridad más absoluta se encontraban esos ojos rojos mirándome fijamente y podía entrever como esbozaba una sonrisa malévola. Agarré mi hacha con fuerza y sin dudarlo me metí en medio de todos los mutantes, reventando a cada uno que se me pusiera delante mientras veía como esos ojos junto con esa sonrisa se iba quedando atrás, curiosamente no me siguió nadie o eso creía. Justo cuando salí sentí como unas garras se clavaban en mi espalda y me levantaba como si nada y me arrastraba de vuelta a la tienda aun usando la poca fuerza que me quedaba la utilizaba para intentar zafarme de ese infernal abrazo el ente que me clavó las garras  me puso delante de ojos rojos y este acerco su cara solo para exhalar un aire pútrido en mi cara añadiendo una frase con una voz salida de la más terrorífica película.
-              No deberías de salir solo. Podrías acabar como yo.
Cuando pude ver su cara  desee estar ciego para no verlo tenía la cara deformada y la piel se le caía cachos lo único que acerté a decir en ese instante fue.
-    ¿Quién o qué eres?
-     ¿Yo? Solo soy el próximo rey del mundo ¿No lo ves? Todos los que no están muerto y lo que si lo están, me obedecen y es gracias al poder que Dios me otorgo el de mutar a cualquier ser vivo. Así que tienes 2 opciones. La opción A es que te unas a mí y la opción B es tu muerte.
-      Entonces escojo la C.
Con el cuchillo que tenía guardado estire el brazo todo lo que pude hasta sentir como se lo clavaba en el ojo izquierdo justo cuando se retorcía de dolor el gigante que tenía sus garras dentro de mi costado me soltó cayéndonos los dos al suelo y mientras escapaba vi como todos los draugers estaban en el suelo igual que ojos rojos.
Cuando llegué a la escuela todos estaban despiertos preguntándose unos a otros donde estaba. Algunos ya creían que les había abandonado pues me había llevado un arma y comida. En cuanto entré el sudor frío que bajaba por la frente se paró en seco y se sustituyó por un dolor indescriptible. Ellos vieron como estaba y se acercaron y empezaron a curar mis heridas. Cuando me desperté les explique todo lo que había visto en la tienda, nadie sabía quién era excepto una persona.
-              Weedolf, podemos hablar en privado.
-              Sí, claro. Chicos podríais dejarme a solas con Saeko, yo también tengo algo que decirle en privado.
-              Entendido.-dijeron todos al unísono.
-              Bien ahora que estamos solos déjame primero acelerar tu curación.
-              ¿Cómo vas a hacerlo?
-              Tú solo cierra los ojos y relájate ¿entendido? No se te ocurra abrir los ojos.
Yo estaba tumbado encima de la cama y notaba como algo realmente suave se apoyaba justo donde estaba la herida y al instante en que se apartó empecé a vi y sentí como se iba cerrando la herida y el dolor desparecía.
-              ¿Cómo lo has…?
-              Creía haberte dicho que pertenecía a una organización que se encarga de cuidar y enseñar a los Pecados Capitales. Pero eso ahora da igual. Tengo que hablarte del grave peligro que tú y todos nosotros corremos. Ese hombre que dijiste cuando despertaste yo sé quién es y no es alguien que puedas enfrentar ahora.
-              ¿Cómo se llama? ¿Quién es? ¿Y por qué dijo eso?
-              Su nombre es Luciano Don Codicce. Él era el que se pensó que sería el nuevo rey del mundo hace ya 400 años, desapareció cuando estaba a punto de empezar su conquista y se le creía muerto pero al parecer no lo está. Nunca supimos que poder tenía, hasta ahora porque según lo que has dicho tenía la cara deformada y controlaba a estos seres ¿cierto?
-              Si por lo veo supongo que su “poder” sería el de poder convertir a los seres vivos en mutantes ¿no?
-              Así es, entonces dime como piensas enfrentarlo.
-              !!!¿QUEEEEE?!!! ¡¡¡ ¿DE QUE ESTAS HABLANDO?¡¡¡ ¿COMO ESPERAS TÚ QUE ME ENFRENTE A ALGUIEN QUE PUEDE MUTAR A QUIEN SEA?
-              Te equivocas su cuerpo está podrido por lo cual un simple golpe le mataría de lo que tienes que tener cuidado es de las personas mutadas que están con él.
-              Bu-bueno si tú lo dices. Pero como podría acercarme y golpearle no ves que no se separa de sus guardaespaldas mutantes y aparte yo ni siquiera tengo poderes tan solo soy un chico normal que trata de sobrevivir en este mundo.
-              En eso tienes razón necesitamos averiguar cuál es tu poder.
-              ¿Y cómo se supones que hagamos eso?
-              Solo hay una forma de saber que poder posees y es visitando a mi maestro tiene el poder de saber que poder tienen los demás. Aunque sea una máquina que inventó, pero lo trata como si fuera su poder.
-              Perfecto ¿Dónde se encuentra tu maestro?
-              Se encuentra cerca del centro comercial en una pequeña casa rural.
-              Eso está muy lejos de aquí. No quiero arriesgarme a perder todo lo que he conseguido.
-              Entonces deja aquí gente de confianza.
Gastón, Apolonius, Alexandra, Asada, Asuna, David, Marina e Iván eran en un principio los que se iban a quedar pero Robert me dijo que no había mucha defensa en la base ya que Marina no sabe luchar solo sabe curar luego Iván era un niño de tan solo 3 años, por lo que solo quedaban Gastón, David, Alexandra, Asuna, Asada y Apolonius para luchar y me propuso que le dejara en la base que sería mejor ya que mientras menos seamos los que fuéramos a la casa de ese tío más fácil sería y más defensa habría en la base.
Se fueron Eros y Gastón por la puerta trasera, porque era por donde no habían casi draugers, estuvieron entrando en cada casa para pillar todo tipo de provisiones y se acercaron al supermercado, donde todavía quedaba provisiones se adentraron en el supermercado y cuando pasaron dos pasillos vieron como dos draugers se estaban dirigiendo hacia ellos y fueron corriendo hacia ellos y los mataron y cuando terminaron de matarlos miraron para el frente y con un poco de luz que daba, pudieron ver los ojos rojos, y que además, cuando se acercaron bastante vieron como era se quedaron un rato para mirar que habilidad tenia.
Cuando Gastón y Eros se enteraron de que habilidad tenia intentaron escapar de allí porque no podían contra él, ellos solos y cuando lograron escapar de allí, fueron al centro para comentar que se encontraron al ojos rojos y además, presenciamos como hacía para tener a más esclavos y era con una especie de habilidad que tiene.
Después de haber escuchado lo que sucedió en la expedición, pues Saeko y yo preparamos el siguiente plan:
-              Bien pues este es el plan. Escuchadme todos Saeko y yo nos vamos a ir a buscar a su maestro quién quizás y si sigue vivo pueda ayudarnos a saber cómo enfrentarnos a Luciano que por si no lo sabéis o no os quedó claro es el que se encargó de hacer todo esto que miles de personas murieran y mientras que nosotros estamos fuera quiero que los restantes se queden y protejan la base de cualquier intruso. Es decir si aparecen esas cosas o supervivientes matadlos a menos que conozcáis al superviviente en cuyo caso si le dejáis tened el máximo cuidado encerradlos, comprobad si está mordido o si tienen arañazos, si lo tienen dejadlo y si se convierte matadlo preguntadles como han sobrevivido y que saben hacer y si creéis que son buena gente liberadlos pero estaos siempre alerta. ¿Entendido?
-              Si pero hay algo importante que se te ha olvidado
-              ¿El qué?
-              Tú eres el que tiene que tener más cuidado. Por si no lo sabías tienes que cruzar una horda de esas cosas mientras sabes que te persiguen.
-              No me pasará nada. Saeko y yo nos cubriremos mutuamente. ¿Verdad?
-              Si, en más de una forma.
-              ¿A qué te refieres Saeko?- dije
-              Bueno es hora de que nos vayamos Weedolf.
-              Eh-Ah sí, claro, ya sabéis lo que tenéis que hacer, adiós.
Alexandra
Después de explicarles nos dirigimos al centro comercial lo cual sería un camino largo que probablemente en otras circunstancias tardaríamos un par de horas pero con esas cosas por ahí tardaremos unos 2 días. Justamente yendo hacia nuestro objetivo pasamos por el supermercado donde todo había pasado. No sé qué fue lo que me hizo volver a entrar pero cuando atravesé la puerta no había nada estaba vacío pero toda la comida seguía ahí por lo que supuse que Luciano no comería comida “humana” poco después de eso escuchamos un grito proveniente de una casa. Tendríamos que haber seguido nuestro camino pero al parecer aún nos quedaba algo de humanidad. Entramos en aquella casa de pesadilla y justo cuando lo hicimos fuimos atacados por una mini-horda de unos 3 draugers no tardamos mucho en terminarles cada uno se quedó a uno y el último lo matamos entre los dos. Puede que parezca que estoy loco pero poco a poco me fue gustando más y cada vez veía más normal el matarles después de todo era mejor que tus familiares te vean en ese estado o eso creía. Llegamos al lugar donde se escuchaban los gritos y la puerta había sido derribada esas cosas se agolpaban delante del ropero matamos a la mayoría pero cuando me iba a encargar del último este se giró y lo que vi fue a mi madre en ese instante me quedé paralizado no sabía que hacer hasta que un grito de Saeko me devolvió a la realidad y de un golpe en seco le reventé la cabeza pero no pude evitar derrumbarme pero prefería que fuese así antes de que siguiera sufriendo. Abrí el ropero y me encontré con un gran tesoro que nos servía para defendernos de los draugers y allí dentro había un arsenal completo de armas y además también había armas que eran ilegales en nuestro país.
Luego de coger todas las armas del ropero, regresamos a la ruta que hicimos para llegar con el maestro de Saeko, en ese momento llegamos, aproximadamente, a la mitad del trayecto y ya se había hecho de noche y decidimos que teníamos que para a descansar un rato hasta mañana, que además ir por la noche sin luz sería más bien un suicidio y  Saeko me dijo.
-      Weedolf, me sé un lugar donde podríamos descansar hasta mañana y no tendríamos que preocuparnos de esos maldito draugers.
-      Dime, ¿dónde está ese sitio?
-      Está un poco lejos de la ruto pero se llega rápido está cerca de un bingo.
-      Bueno te sigo Saeko, que iremos más rápido.
-      Ok, Weedolf.
Cuando estábamos llegando nos topamos con un pequeño grupo de draugers, que nos retardo un poco para llegar a la casa que decía Saeko. Pero una vez allí, vimos como era de seguro, pero solo había espacio para 5 o 6 personas allí dentro y decidimos quedar allí, a descansar y a primera hora nos pusimos otra vez en marcha y cuando llegamos a la casa del maestro de Saeko, estuvimos llamando a la puerta media hora, pero no abría y cuando nos estábamos marchando de repente, la puerta se abrió y  decidimos entra a ver lo que estaba pasando.
Cuando entramos vimos no sé cuántas pruebas de entrenamiento y pensamos que esas pruebas estaban preparadas para mí, para descubrir mi poder que tenía como Pecado Capital, cerramos todas las puertas y ventanas y me puse a entrenar allí. Mientras que yo estaba entrenando, salió de repente el maestro y como y estaba distraído allí entrenando no me di cuenta y cuando me hablo, sobresalte del susto que me lleve.
El maestro nos preguntó.
-      ¿Por qué estáis utilizando eso?
-      No lo habías preparado para Weedolf, maestro – dijo Saeko.
-      No, Saeko. Eso era para otra persona que iba a venir más tarde.
-      ¿Qué persona iba a venir? – pregunte al maestro.
-      Creo que era un chico de casi tu misma edad.
-      ¿Cómo se llamaba?
-      Creo que había dicho que se llamaba Yogur, no espera Yor…. ¿Cómo era su nombre?
-      ¿Puede ser Yorvanis?
-      Si eso, es él.
-      ¿Dónde está ahora mismo?
-      No se me dijo a donde iba pero que iba a tardar dos semanas en volver.
-      ¡Mierda!, llegamos tarde para pillarle. – dijo Saeko.
-      Bueno a lo que venimos es si por casualidad no podrías descubrir el poder oculto de Weedolf, maestro.
-      Sí que podría, ¿Por qué lo preguntas?
-      Es porque si, ¿le podrías enseñar a cómo utilizar su poder?
-      Sí, pero primero es descubrir su poder.
-      Ok, es todo tuyo maestro.
-      Entendido.
Después de una buena charla que nos había dado, nos pusimos con el entrenamiento básico para descubrir cuál era mi poder. El maestro me puso unos entrenamientos no muy fuertes en esa ocasión, y cada día me ponía a entrenar con ese método hasta que el cuarto día mientras entrenaba, me paso algo raro y me dirigí a donde estaba el maestro y se lo comente al maestro y me dijo.
-      Sabes eso que te paso era tu poder especial que tenías oculto dentro de ti.
-      ¡EN SERIO! Pues sí que soy muy poderoso, para tener ese poder dentro de mí.
-      Ya que descubrimos tu poder dormido hay que entrenar para que lo controles a tu voluntad.
-      Pero maestro, ¿Cuál es mi poder?
-      No te has dado cuenta todavía.
-      No, maestro.
-      Tu poder es un antigua y legendario poder llamado el “vacío” y  solo unos poco tienen ese poder en total solo existen cuatro sucesores del vacío.
-      Entendido, maestro. Y una última pregunta.
-      Dime – dijo el maestro.
-      ¿Cuál de los cuatros sucesores soy?
-      Tu eres uno de los sucesores del vacío y concretamente el de la explosión y ahora retomamos nuestro entrenamiento.
Después de descubrir mi poder me puse con el entrenamiento más duro que hice en toda mi vida. Media semana después, ya tenía mi poder casi controlado y solo me quedo unos pequeños pasos, pero el maestro me dijo que ya me podría marchar y que para completar tu dominio solo necesitabas practicarlo como mínimo unas 20 veces en un día y ya lo tendría totalmente dominado. Antes de largarnos de la casa del maestro esperamos hasta el día siguiente para largarnos y mientras esperábamos me puse a entrenar lo que me había dicho, cuando había terminado con las 20 repeticiones ya lo tenía bien controlado y además, ya se había hecho de noche, nos fuimos a dormir por turnos.
Nos levantamos y nos despedimos del maestro y nos dirigimos otra vez hacia el refugio que otra vez íbamos a tardar 2 días en llegar. A unos 10 kilómetros de la casa del maestro, nos vimos como un padre y su hija estaban llamando a las puertas de las casas, donde había gentes atrincheradas allí y que no les abrían ninguno y de repente se dieron la vuelta y nos vieron y nos preguntaron.
-      ¿Podemos unirnos a vosotros o por lo menos llevad a mi hija con vosotros? , por favor os lo pido.
-      No hace falta que os separéis o te han mordido o arañado los draugers, señor.
-      Que yo recuerde no me han tocado esos draugers, ¿Por qué?
-      No, es que si te muerden o te arañan te conviertes en uno de ellos. ¿Podría examinaros a los dos?
-      No nos importa si solo lo hacéis por el bien de la humanidad.
-      Saeko tu encárgate de la niña y yo del padre.
-      Entendido, Weedolf.
Después de examinarlos, vimos que la niña estaba limpia pero el padre tenía un arañazo en la espalda y le preguntamos.
-      Oye, ¿quieres morir ahora siendo tú mismo o quieres que te matemos cuando te conviertas? – se lo pregunte a solas.
-      Quiero morir siendo yo mismo, pero antes de nada quiero despedirme de mi hija.
-      Vale te concedo ese último deseo y así la calmas un poco por si acaso empieza a llorar para que los atraigan.
-      Hija, me parece que ya no poder seguir a tu lado, lo siento. Aunque seguiré velándote desde el mas allá, o sea, que no llores hija o sino atraerás a esas cosas horribles.
-      Shshshshsh…, pero padre ¿por qué dices eso? – pregunto llorando.
-      Es que estoy contagiado y si sigo contigo me convertiré en una de esas cosas – dijo llorando.
-      Te prometo que no gritare cuando mueras, padre – se abrazaron los dos.
-      Ya es el momento, que si no llegaremos al tercer día a nuestro refugio, pero antes dime como se llama tu hija.
-      Ok, se llama Louise.
-      Adiós hija. – dijo el padre
-      Adiós, padre. – dijo Louise.
Cuando ya estaba listo para morir, Saeko cogió su katana y yo a parte a la niña para que no lo viera ese doloroso escenario y cuando la aparte, Saeko ejecuto a su padre. En ese momento, la niña no podía moverse por el dolor sentimental por perder a su padre y la lleve a cuesta hasta nuestra base. Llegamos a mitad del camino, y allí decidimos quedar a dormir en el mismo sitio que cuando nos dirigíamos hacia la casa del maestro a pasar la noche.
A la mañana siguiente, despertamos y le dimos de comer a la niña para que no se quedara sin hambre porque era muy pequeña y después de que desayunara nos dirigimos hacia nuestro refugio pero un poco ante de llegar al refugio nos encontramos por el camino a un grupo de unos  10 draugers y decidimos rodearlos por Louise y por ese entonces tardamos un poco más en llegar, pero lo conseguimos, llegamos a la base sin ningún rasguño y no tuvimos que defendernos ni atacar a ningún drauger.
Estando allí, me pregunto Eros.
-      ¿Quién es esa niña? ¿Has podido descubrir tu poder escondido?
-      Si he podido descubrir mi poder escondido y  esta niña se llama Louise y perdió a su padre hace poco porque le tuvimos que matar.
-      ¿Cuál es ese poder? – pregunto Gastón.
-      ¿Por qué lo matasteis al padre? – pregunto David.
-      Mi poder es el poder del vacío y concretamente era el de la explosión y los matamos porque estaba ya infestado y si venía con nosotros podría convertirse en drauger no hoy ni mañana sino algún día.

-      Ok, Weedolf – dijo David.